LA DEHESA EXTREMEÑA COMO HÁBITAT NATURAL DEL TORO BRAVO
La dehesa es la evolución del bosque mediterráneo de los encinares y alcornocales, resultado de la interacción del hombre y su ganado sobre ese ecosistema natural de tradición milenaria y enorme diversidad ecológica.

En la dehesa, el toro se funde con ella en perfecta simbiosis, de manera que asistimos a una comunicación casi mágica entre dehesa, toro y ser humano. La presencia del toro de lidia en nuestros campos, no solo es una realidad engendrada hace siglos, sino que hoy es una necesidad frágil y delicada.

El toro se hace fuerte en el campo y éste, como ecosistema, se conserva gracias al toro y también a todos los que trabajan a su alrededor. Son muchas las labores de selección que se llevan a cabo en las ganaderías. Continúas pruebas que demandan la bravura, santo y seña de la cabaña, que hace de este animal una especie única en el mundo.

La existencia de ganado bravo, en un porcentaje importante de nuestras dehesas, aporta  seguridad y garantía de espacio para las especies más amenazadas de nuestra fauna.

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